En 2030 tendremos que alimentar a más de 9.000 millones de personas. Por otra parte, los factores externos como la contaminación del suelo y del agua debida a la ganadería intensiva y el sobre pastoreo están provocando la degradación de los bosques, lo que contribuye al cambio climático y a otros impactos ambientales destructivos. Debemos investigar soluciones para estos problemas y ponerlas en práctica.
Los insectos se presentan como una oportunidad ya que por una parte, se pueden criar de formas ecológicas y sostenibles y por otra, su contenido nutricional es realmente bueno. Los insectos pueden molerse hasta formar harinas con las que luego podemos enriquecer una gran variedad de alimentemos sin alterar su estructura ni su sabor. Además, los insectos pueden ayudar a suplir la creciente demanda de proteínas a nivel mundial ya que contienen alrededor del 67% de proteína por 100g. Los insectos, y en especial los grillos, son de especial interés para países en vías de desarrollo ya que su alto contenido en hierro puede ayudar a estos países donde el 25% de la población sufre de anemia.